LA ESCUELA FRENTE A LAS DESIGUALDADES

 Perspectiva de un docente en formación: desigualdades en la educación


El tema de las desigualdades en la educación es uno de los desafíos más persistentes y complejos en la sociedad contemporánea. A pesar de los avances en el acceso a la educación y la implementación de políticas de igualdad de oportunidades, la realidad demuestra que las desigualdades socioeconómicas siguen influyendo significativamente en el rendimiento académico de los estudiantes. En su artículo "La escuela frente a las desigualdades", Carmen Nieves Pérez Sánchez explora cómo las percepciones y enfoques de los docentes hacia los logros y fracasos de sus alumnos pueden perpetuar o mitigar estas desigualdades. A través de un estudio comparativo en dos escuelas, una urbana y una rural, Pérez Sánchez analiza la relación entre las ideologías educativas y las desigualdades sociales, destacando la importancia de la colaboración entre familia y escuela para superar estas barreras. Este análisis revela cómo las creencias y prácticas educativas pueden tanto desafiar como reforzar las disparidades existentes, subrayando la necesidad de una reflexión crítica sobre el papel de la educación en la promoción de una sociedad más equitativa.

La ideología de la cultura escolar tiende a individualizar el fracaso académico, transformando las desigualdades sociales externas en desigualdades educativas reales. La igualdad formal en la educación enmascara, en lugar de superar, las desigualdades reales (Pérez Sánchez, 2000). Tiende a individualizar el fracaso académico, transformando las desigualdades sociales externas en desigualdades educativas reales. La igualdad formal en la educación enmascara, en lugar de superar, las desigualdades reales.

Los docentes interpretan la desigualdad de tres maneras: como una desigualdad individual y justa, como un problema estructural que la escuela no puede resolver, o como un fenómeno que varía según las características socioculturales del alumnado. Sin embargo, prevalece una visión etnocentrista sobre las familias del alumnado.   El estudio compara dos escuelas, una rural y otra urbana, revelando diferencias en las condiciones laborales y socioculturales. En ambos casos, los docentes tienen una visión homogénea sobre las carencias culturales de las familias, aunque la realidad social varía significativamente entre los contextos. 

 Los docentes tienden a ver a las familias como cuidadores de la preparación necesaria para educar adecuadamente a sus hijos, lo que genera una percepción de enfrentamiento y distancia entre padres y maestros. Se sugiere la necesidad de una educación paralela para los padres.  Según los docentes, la valoración y colaboración de los padres con la escuela es crucial para mejorar los resultados educativos. Sin embargo, muchos padres necesitan ser educados en valores y responsabilidades, lo que refleja una desconexión y una distancia social entre las clases medias y los grupos subalternos.


Ninguno de los aprendizajes más significativos que ha obtenido es la comprensión de cómo la ideología presente en la cultura escolar puede influir en la perpetuación o mitigación de las desigualdades sociales. El artículo destaca cómo la igualdad formal en el sistema educativo, que debería garantizar las mismas oportunidades para todos, a menudo enmascara las desigualdades reales. Este fenómeno ocurre porque la cultura escolar tiende a individualizar el fracaso académico, atribuyéndolo a la falta de habilidades del estudiante en lugar de considerar los contextos socioeconómicos diversos de los alumnos. Esta comprensión me lleva a cuestionar las prácticas educativas tradicionales ya buscar formas de asegurar que mi enfoque como docente no contribuiría a estas desigualdades.

Además, el artículo enfatiza la importancia de las percepciones y enfoques de los docentes hacia sus estudiantes. He aprendido que existen diferentes formas de interpretar la desigualdad social y el papel de la escuela en su tratamiento. Estas interpretaciones pueden variar desde ver las desigualdades como individuales y justificables, hasta reconocerlas como estructurales y limitantes, o entender que la escuela debe adaptarse a las características socioculturales de su alumnado. Esta diversidad de perspectivas me ha hecho consciente de la necesidad de desarrollar una postura crítica y reflexiva sobre mi práctica educativa, evitando caer en visiones etnocentristas y prejuiciosas sobre las familias de mis futuros alumnos.

El análisis comparativo entre escuelas rurales y urbanas presentado en el artículo también me ha proporcionado una visión más amplia de las realidades diversas que enfrentaré como docente. La diferencia en contextos y condiciones laborales, así como las percepciones sobre las carencias culturales de las familias, resalta la importancia de adaptar mis métodos y enfoques a las necesidades específicas de cada comunidad escolar. Entender estas diferencias me prepara para ser un educador más flexible y empático, capaz de reconocer y valorar la diversidad de experiencias y antecedentes de mis estudiantes.

Otro aspecto crucial que he internalizado es la importancia de la colaboración entre la familia y la escuela. Esta reflexión me motiva a trabajar no solo con los estudiantes, sino también a involucrar a las familias de manera constructiva, creando puentes de comunicación y entendimiento que beneficien el desarrollo integral de los niños.

¿Qué noción de educación orienta la acción pedagógica de la escuela?

En este enfoque, las desigualdades socioculturales y económicas se reconocen como barreras que dificultan que los estudiantes promuevan y se muevan socialmente. Por lo tanto, la educación es vista como una herramienta para contrarrestar estas desigualdades y ofrecer oportunidades reales de desarrollo a todos los estudiantes, independientemente de su origen social.

Sin embargo, este concepto de educación también reconoce las limitaciones de la escuela para abordar plenamente las desigualdades sociales y culturales. Se entiende que el sistema escolar, en cierta medida, reproduce las estructuras de desigualdad presentes en la sociedad. Aunque se reconoce la importancia del esfuerzo individual y la motivación personal, se enfatiza que el contexto social y cultural tiene una influencia significativa en el éxito educativo de los estudiantes.

Por lo tanto, la acción pedagógica de la escuela se orienta a comprender y atender las necesidades específicas de los estudiantes, considerando sus contextos sociales y culturales. Se busca una educación inclusiva y equitativa, que tenga en cuenta las diferencias individuales y promueva la igualdad de oportunidades. Aunque se reconoce la dificultad de transformar completamente las estructuras de desigualdad, se enfatiza el papel de la educación como herramienta para la movilidad social y el desarrollo personal de los estudiantes.

● ¿Qué tipo de ciudadano formamos desde la escuela?

Desde la escuela se persigue la formación de unos ciudadanos preparados para la vida en una sociedad democrática, para ser pensadores críticos y para tener la capacidad de contribuir al cambio en sus comunidades. Así, la escuela aspira a dotar al entorno de aprendizaje que abarque la inclusión, la diversidad y la equidad, y en la que cada estudiante tenga la oportunidad de tener éxito. Desde la escuela se forman unos ciudadanos responsables con un marcado perfil de derechos y deberes, capaces de participar en la vida democrática, de cambiarla y de hacerla sostenible. Se considera prioritario promover valores como la tolerancia, el respeto hacia la diversidad, la solidaridad y la justicia social .

En este sentido, la escuela puede contribuir a la formación de ciudadanos que refuercen las disparidades sociales si se centra únicamente en un enfoque individualista que no bordee las barreras estructurales que enfrentan los estudiantes de orígenes desfavorecidos. Si las estrategias educativas no están diseñadas para mejorar verdaderamente las oportunidades de ascenso social, es probable que se perpetúen las desigualdades existentes.

Esto implica implementar medidas efectivas que incrementen genuinamente las posibilidades de progreso social de los estudiantes provenientes de entornos menos favorecidos, fomentando valores de solidaridad, empatía y justicia social.

 

● ¿Cómo se relaciona con el proyecto de nación, con la historia, la política, los grupos sociales, etcétera?

La escuela tiene una relación estrecha con el proyecto de nación dado que los valores y las habilidades inculcadas a los estudiantes están relacionados con la construcción de una sociedad más justa, inclusiva y democrática. De igual manera, los hechos históricos, la política y los grupos sociales definen las pautas en las que se desarrollan los programas educativos y el modo en el que se imparten los contenidos curriculares.

·        En el contexto del proyecto de nación, la manera en que se categoriza a los alumnos puede estar influenciada por las narrativas históricas y los discursos políticos que promueven ciertos valores y visiones sobre la identidad nacional.

·        En cuanto a la historia, las percepciones sobre el alumnado pueden reflejar interpretaciones sesgadas del pasado, perpetuando narrativas dominantes que subestiman o ignoran las contribuciones de ciertos grupos sociales.

·       En el ámbito político, las clasificaciones del alumnado pueden estar influenciadas por agendas políticas que buscan mantener o desafiar el status quo social.

·       En relación con los grupos sociales, las percepciones y clasificaciones del alumnado pueden estar moldeadas por las relaciones de poder y las jerarquías sociales existentes

● ¿Cuál es la misión del docente desde estos conocimientos?

Sabiendo estas cosas, el trabajo del maestro es ayudar a los estudiantes a crecer no solo con conocimientos escolares sino también con conocimientos sobre la sociedad y la política. Deben ser agentes de cambio que hagan que los niños piensen profundamente y cambien las cosas en clase y también fuera de ella. Tienen que hacer más que simplemente revelar los datos que necesitan para guiar el tren del aprendizaje para que terminemos con personas buenas y sólidas que se preocupan por su comunidad. Asegurarnos de que lo que se enseña cambie para adaptarse mejor a las necesidades de la gente marginal significa que tenemos que repensar totalmente de qué se trata la escolarización y cómo los profesores encajan para hacer que todo sea diferente y mejor.




Referencia.

Pérez, S., y Nieves, C., La escuela frente a las desigualdades sociales”. Apuntes sociológicos sobre el pensamiento docente. Recuperado de URL: https://rieoei.org/historico/documentos/rie23a06.htm


Comentarios

Entradas más populares de este blog

FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN SEGÚN GRACIELA HIERRO

EVALUCIÓN DEL CURSO